Teníamos esta visita pendiente desde hace bastante tiempo, y la semana pasada pudimos disfrutar de la ya famosa Aldea de las Hormigas de San Clodio, en Lugo.
Como ya sabréis la ciudad de las hormigas es una iniciativa particular en la que un señor ha convertido su aldea en un lugar de cuento, donde los más pequeños (y también los mayores ;)) podemos disfrutar de un mundo de fantasía cuyas protagonistas son unas hormigas.
Llegar a San Clodio, en el concello de Outeiro de Rei, es muy fácil y está a tan solo 10 minutos de la ciudad de Lugo.
La ciudad de las hormigas está bien señalizada, tiene aparcamiento propio y desde allí comienza esta peculiar visita con el letrero “Érase una vez…”. La ruta se puede hacer libremente a cualquier hora del día.
Es una visita muy agradable, un paseo por el medio del bosque (con sombras de los árboles) y los prados, solamente hay que seguir el sendero marcado.
Durante este paseo nos vamos encontrando con diferentes escenas y personajes y algunas fantásticas construcciones arquitectónicas con mucho mérito, la verdad.
La tortuga Pistón, la jirafa Tina, el pulpo Froilán, la mariquita Gastón, el ciempiés Fermín,… Atentos los peques, pueden estar en cualquier lugar!! En los árboles, escondidos entre arbustos e incluso ser invisibles!!
Una zona escolar, con la “FormigaEscola”, el bus y su parada, carreras de hormigas con coches y bicis, una nave espacial, el hormiguero, …
Todas las figuras están hechas con material reciclado, como plásticos, latas, bidones, neumáticos, macetas,… También hay una zona en la que cualquiera puede dejar sus obras de arte hechas con materiales reciclados (había muchas de colegios).
Pero sin duda lo más llamativo, como os comentaba, son las construcciones que nos encontramos durante el trayecto, algunas bajo tierra, veréis que sorpresas!!
También podemos descansar y sentarnos en alguno de los bancos construidos para tal fin (aunque muchos están bastante deteriorados) y en la FormigaEscola los peques podrán jugar un ratito.
La ruta dura aproximadamente una hora, más o menos, dependiendo de lo que nos paremos durante el recorrido, y al final está el cerdito Martiño en el que podemos dejar un donativo para colaborar, a fin de cuentas, la visita es gratuita.
Sin duda os va a gustar tanto a los peques como a los mayores, los niños disfrutarán descubriendo cada detalle durante el recorrido, si bien hay algunas figuras que están ya un poco deterioradas debido al paso del tiempo, el clima y tantas visitas, …
Planificad y pensad que en Outeiro de Rei hay otras opciones para completar el día como Marcelle (ver AQUÍ) y Avifauna (ver AQUÍ), ambos muy recomendables! No hagáis el viaje tan solo para ir a ver la aldea de las hormigas 😉
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